”Al principio pensé que el Jiu-Jitsu era solo para adultos fuertes, pero aquí aprendo jugando, haciendo retos y hasta disfrazándome de 'superluchador'. Mi profe Yan Cabral es superdivertido y siempre nos anima. ¡Ahora hasta practico en casa con mi hermano! Lo mejor es que ya no me asusto si alguien me empuja en el recreo, porque sé cómo caer y defenderme sin pelear. ¡Quiero ser cinturón negro como los Gracie!”